Llega septiembre, y por tanto el inicio de un nuevo curso escolar. Que los niños vuelvan al colegio es un alivio para muchos padres y madres, que hasta ahora han estado haciendo equilibrios para poder ocuparse de sus hijos y atender sus obligaciones laborales al mismo tiempo. Aunque para otros muchos esto supondrá una nueva fuente de preocupación, en el caso de que alguno de sus hijos sufra algún tipo de alergia o intolerancia alimentaria y tenga que hacer uso diario del comedor escolar.

Probablemente, para aquellos padres cuyos hijos ya tienen la experiencia previa de utilizar el mismo comedor escolar de cursos anteriores, este sea un problema controlado. Pero para aquellos  padres con hijos que se incorporan por primer año al colegio, las dudas de que pueda surgir algún conflicto con el problema de alergia o intolerancia alimentaria que padece su hijo o hija son totalmente lógicas, aunque no deben suponer ningún obstáculo para una adecuada alimentación y desarrollo del niño o niña.

Teniendo localizados los alimentos que provocan la alergia o intolerancia alimentaria y poniendo esto en conocimiento del colegio a través de los canales adecuados (dirección, AMPA, etc.), no debería existir ningún problema para confeccionar menús alternativos en todos aquellos casos que se requiera, así como controlar que estos niños no tengan contacto con dichos alimentos.

En los más de 30 años de experiencia que llevamos gestionando comedores escolares, en Cutasa sabemos que cualquier alergia o intolerancia alimentaria no está reñida con una alimentación completa y saludable, y que con las medidas y cuidados necesarios, los padres no tienen de qué preocuparse. La formación que atesoran nuestros coordinadores y monitores, su dilatada experiencia y la metodología que aplicamos para controlar todos estos casos, hacen de los comedores escolares que gestionamos un lugar donde todos puedan disfrutar de la comida.

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Es evidente que la principal función de cualquier comedor escolar que se precie es aportar la mejor alimentación posible a los jóvenes escolares que en él comen. Pero no es menos cierto que hay otra importante función que no siempre se percibe como tal, y es la del comedor escolar como servicio educativo.

El comedor escolar no es una actividad independiente del centro educativo, sino que por el contrario, está integrado en la vida del mismo y forma parte de su programación anual. Para ello, en cada curso, se elabora un programa de servicio de comedor que atiende a diferentes objetivos y actuaciones:

  • Objetivos relativos a la educación para la salud.
  • Objetivos educativos que fomenten actitudes de colaboración, solidaridad y convivencia.
  • Actividades que desarrollen hábitos de correcta alimentación e higiene.
  • Actividades de expresión artística y corporal.
  • Actividades de libre elección y lúdicas.

En Cutasa tenemos muy claro el concepto de comedor escolar como servicio educativo que sin duda es, por lo que nos involucramos al máximo con la Comunidad Educativa de los Centros en los que prestamos nuestros servicios. Conscientes de nuestro compromiso con la educación, tenemos un amplio programa de actividades lúdicas y talleres con nuestro equipo de coordinadores y monitores, que reciben una adecuada formación continua para aplicarla con los más pequeños.

Somos sabedores de que el antes, durante y después de la comida, son también tiempos en los que los escolares deben adquirir pautas educativas que son importantes para su desarrollo como persona, y estamos orgullosos de llevar más de 30 años contribuyendo a ello.

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De todos es sabido que para conseguir un buen rendimiento académico, es imprescindible una adecuada alimentación, y por eso es cada vez más común que a la hora de elegir entre distintos colegios para nuestros hijos se valore, además del nivel educativo de los mismos, la calidad de los menús escolares de estos.

En este punto siempre hay presente un debate sobre si es preferible que el centro educativo tenga cocina propia, donde los menús escolares sean preparados y cocinados de principio a fin, o si es mejor un catering procesado en línea fría (comida previamente cocinada, refrigerada y transportada al centro).

Como todo en la vida, cada una de las opciones tiene sus pros y sus contras respecto a la otra, lo que no quiere decir que ninguna de las dos sea mala. Si bien es cierto, la mayoría de las veces, la decisión de adoptar un sistema u otro pasa por las posibilidades que ofrecen los propios comedores escolares de los centros educativos en cuanto a instalaciones se refiere.

El pasado curso escolar, el diario El País escribió este buen artículo al respecto, en el que se contraponen los menús de los comedores escolares de dos colegios distintos, uno gestionado a través de línea fría, y el otro, el colegio Antonio Buero Vallejo de San Sebastián de los Reyes (Madrid), en el que Cutasa llevamos más de 25 años dando servicio de cocina in situ con nuestro gran equipo de cocineros y auxiliares.

Mejor que decir nada nosotros (como parte interesada que somos), os invitamos a leer el artículo, así como este otro que es continuación del mismo, en el que un crítico culinario probó los menús escolares de ambos colegios, dando su opinión sobre las diferencia y similitudes encontradas en los mismos.

¿Y vosotros, como padres, cómo preferís que se elaboren los menús escolares de vuestros hijos?

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